¿Cuáles son las patatas más bravas de toda Barcelona? Nuestro equipo te ofrece un picante recorrido por Barcelona para descubrir los miles de matices de una de las tapas españolas más famosas: las patatas bravas.
1.Bar Tomás
La fiebre bravera de Bar Tomás, en el centro del emblemático barrio de Sarrià, no es nueva: desde que inventaronla fórmula de sus bravas en los años 60, han sido imitadas por toda España. La fórmula es más o menos la siguiente: cortadas con la irregularidad propia de los cortes hechos a mano, el dorado del aceite de oliva, el tiempo perfecto de fritura y después bañadas, sutilmente, por la salsa de alioli tradicional, con el ajo como alimento clave. Es una receta casera y, por supuesto, secreta, de la que se habla por su aromatizado aroma y suave aunque consistente sabor. Es todo un reclamo por sus comensales, así como también sus tapas hechas a fuego lento. Vamos, que es uno de los lugares que sigue destilando el ambiente de antaño, el de las antiguas bodegas tradicionales.
2.Senyor Vermut
Senyor Vermut, situado justo en la calle Provença 85, en el barrio de Esquerra de L’Eixample, también puede presumir de patatas bravas: se dice que las bravas de este local son una versión de las del Bar Tomás de Sarrià, pero tuneadas con el espíritu de la vermutería de toda la vida. Son patatas agrias, en su punto, tirando a crujiente pero sin llegar a estarlo, cortadas a trozos iguales, perfectas. Toda una mezcla de clásica y moderna en un bar muy frecuentado y de moda en Barcelona.
3.Bar Centro
El el Bar Centro las “Bravas Sra. Luisa” se pueden pedir de dos maneras: con excelentes patatas gallegas, conservando su piel, o con boniato, para añadirle un punto más dulce. ¿Pero cuál es su salsa? Un fantástico aceite canario y un alioli con ají amarillo, un portentoso pimiento peruano, para viajar con un mordisco por Canarias y Perú. Aun así, en realidad, su especialidad es otra: las hamburguesas, hechas a mano, con alma, y a la parrilla en piedras volcánicas. Fuego y ascua, fusión y equilibrio.
4.El informal
La esencia del sabor, el cuidado al producto de temporada y de proximidad, y el gusto por la buena cocina tradicional actualizada. Así es El Informal, el restaurante del chef Marc Gascons, uno lugar idílico de alta cocina catalana manteniendo su sabor, carácter y naturalidad. Es la excelencia gastronómica: el mejor maridaje en aromas y sabores. Y sus bravas hojaldradas, elaboradas a base de finísimas láminas superpuestas de patata, no se quedan atrás.
5.Bar Omar
Bar Omar es el sitio ideal para tapear, beber y volver. De hecho, las tapas de autor, originales y elaboradas por el Chef Omar Díaz, son reconocidas en toda la ciudad condal. Es más, su chef ha conseguido fusionar recetas tradicionales con novedades para conseguir sabores únicos, haciéndole un guiño a las tapas y recetas clásicas. Sus bravas son inigualables: pochadas a priori y sometidas a una temperatura de órdago unos segundos antes de servirse. Esta tapa, llamada “La mar de braves”, es la fusión de dos adorados estandartes de la gastronomía patria: las bravas y la paella. Es por esto que tienen la salsa amarillenta, de alioli de ajo asado y azafrán, y la roja, un sofrito con salsita de cabeza de gamba y picante rabioso.
6.Bar del Pla
Con tan solo 4€ en el Bar del Pla -taberna icónica de El Born- te puedes pedir una patatas con una pinta de crujir de aupa. La forma en la que están trabajadas sus tremendas y adictivas patatas bravas no decepciona: patatas de gran corte, mayor que una medialuna, tostadas por fuera y suavizadas por dentro, con una salsa de tomate dulzona con un recuerdo picantón y un suave alioli. Entre fogones, es otro fuera de serie.
7.Sant Antoni Gloriós
La bodega Sant Antoni Gloriós reúne productos de calidad, excelente cocina, tradición y modernidad, con un plato estrella: sus deliciosas bravas. Específicamente, aunque a simple vista parecen clásicas, la verdad es que son unas bravas mixtas: patatas confitadas y ligeramente fritas, muy tiernas, cubiertas de una salsa blanca y otra roja. Aun así, Sant Antoni Gloriós es mucho más que las mejores bravas que te hayas comido. ¡Irresistible!
8.Vivanda
En el lado antiguo de Sarrià, con una terraza y un paisaje lleno de árboles, se encuentra Vivanda, el restaurante del chef Jordi Vilà y su receta de bravas 100% innovadoras y creativas: una buena porción de papas con una textura cremosa, donde el alioli se mezcla con el aceite de una salchicha de sobrasada picante. Y por si fuera poco, para los amantes del picante, la tapa también se acompaña con un recipiente embotellado de aceite con especias, totalmente opcional.
9.Elsa y Fred
Elsa y Fred es un local de tapas creativo situado en Barcelona, en el moderno Barrio del Born. Se trata de un rincón encantado por un conjuro de la Europa de los años 50: una decoración vintage, que recuerda a un típico café parisino, con chimenea, sofás de piel, mesas de madera y mezclas de colores y luces. Un bar de película. Un refugio tranquilo, cálido y elegante. Un gastrobar que capta la atención de todos los que pasan por esta área y son seducidos por su especialidad número 1: las crujientes bravas, aliñadas con un alioli suave y con cebollino picado por encima.
10.Palosanto
Palosanto es el bar restaurante que ha llevado aires renovados al Gòtic. Pero, ¿por qué? Pues así de fácil: por sus patatas bravas y mucho más. La deliciosa lista es larga, pero vamos al grano: hamburguesas, albóndigas para mojar pan, tortilla de patatas, o salmorejo, con espárragos, huevos de codorniz y jamón, el bocadillo de calamares con mayonesa de ajo confitado, aguacate y wasabi. La gente prueba, repite y recomienda. ¡Para perder los sesos!
11.Fábrica Moritz
Como su mismo nombre indica, la Fàbrica Moritz, bastante cerca de la parada de metro Universitat, es una fábrica. Una vez en la sala principal, se ve el toque moderno e industrial con los recipientes originales de cerveza. Sus bravas están a la altura y son así: patatas gallegas, doradas y crujientes ejecutadas con dos frituras. ¡Se han ganado de sobras su fama! A probarlas.
Si los españoles tuviéramos que escoger nuestra tapa favorita, seguramente serían las patatas bravas. Seas o no seas fan de las patatas bravas, tienes que probarlas. Nosotros ya lo hemos hecho y la verdad es que repetiremos: nos han robado el corazón. No te agobies: la lista es larga pero tienes tiempo. Uno a uno. ¡A empezar el recorrido gastronómico de patatas bravas de la ciudad!