El metro y el bus son los transportes públicos preferidos por la mayoría de barceloneses. Son rápidos y llevan a la parada deseada, muchas veces siendo ésta el punto exacto al que nos queremos dirigir. Eficaz y diligente, el autobús o el metro siempre son considerados los transportes perfectos para moverse por una gran ciudad como es Barcelona.  Pero la Ciudad Condal en materia de transportes también guarda algún que otro secreto como es el caso del Tramvia Blau (‘tranvía azul’), un legendario tramvia que todavía hoy, 110 años después de ser inaugurado, sigue funcionando como el primer día.

La verdad es que este tipo de servicios deberían ser valorados más que como una forma más de desplazarse por la ciudad, un verdadero patrimonio de la misma. Y es que el Tramvia Blau, por ejemplo, está considerada la forma más bonita de subir hasta uno de los mayores atractivos de la capital catalana: la montaña del Tibidabo y su respectivo parque de atracciones.

Fue el doctor Salvador Andreu i Grau el encargado de impulsar, nada más y nada menos que en 1901, el centenario Tramvia Blau. Empresario de la industria farmacéutica –aunque los beneficios que con ésta generaría le permitieron ser también promotor inmobiliario-, el doctor Grau también sería el creador del funicular del Tibidabo –transporte que hay que coger en el punto exacto donde acaba el Tramvia Blau y que lleva, finalmente, al conocido parque de atracciones-. Pero no se queda ahí todo lo que hizo este filántropo catalán: promovió el parque del Tibibado y también la urbanización de la avenida Tibidabo.

tramvia blau subiendo cuesta

Los inicios del Tramvia Blau

Aunque en 1905 la línea del Tramvia Blau sería alargada hasta la zona de Vallvidrera, en la década de los 30 volvería a recuperar su tramo inicial. Y desde entonces que éste, uno de los tranvías más antiguos de Europa, sigue subiendo cada día hasta el parque de atracciones, un recorrido lleno de ilusiones en los que los más pequeños son los que más disfrutan, aunque no los únicos.

De hecho, el Tramvia Blau fue desde 1972 hasta la aparición del Trambaix el único tranvía de la ciudad. Esta singularidad lo hizo y lo hace aún en la actualidad muy especial. De pequeñas dimensiones y reducida capacidad, el Tramvia Blau es más un atractivo turístico de la ciudad que un transporte entendido como tal. Son dignos de destacar sus antiguos vagones, mantenidos como parte esencial del tranvía y que recuerdan a los de hace más de 100 años, un tiempo en el que, a pesar de las diferencias, ya algunas familias disfrutaban viajando en el Tramvia Blau.